«Este mundo se ha vuelto demasiado adulto»

Antes de empezar quiero agregar El Principito a mi lista de preferidos y confesarles que aunque durante mi infancia y adolescencia escuché hablar sobre este clásico, solo hasta hace poco me atreví a leerlo.

Recomiendo leer primero el libro y luego ver la película; ambos son un complemento, que por lo menos a mí me recordó lo maravilloso que es vivir, de luchar por los sueños y no dejarlos solo en papel. Después de verla me entraron unas ganas inmensas de vivir para ser feliz, de trabajar en mis sueños, de escribir y escribir… Para mí fue una inspiración increíble y logró su objetivo principal: despertar mi niño interior que ama, que ríe, que sueña y que contagia a otros a hacer lo mismo.

También es cierto que lloré como niña y fue precisamente porque me hizo reflexionar en lo cuadriculados que nos volvemos, solo pensamos en cifras como si el dinero lo fuera todo. ¿Qué hay de los atardeceres, de los amaneceres, de las estrellas, de los amigos, la familia, de un buen libro o un buen té?

Nos convertimos en seres vanidosos, condenamos como si fuéramos Dios, nos cegamos ante las injusticias de la vida, nos ocupamos con cosas superficiales y no le sacamos tiempo a lo verdaderamente importante, somos los mayores destructores de la naturaleza porque contamos con miles de rosas en el mundo…

“A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan sobre lo esencial del mismo. Nunca se les ocurre preguntar: «¿Qué tono tiene su voz? ¿Qué juegos prefiere? ¿Le gusta coleccionar mariposas?» Pero en cambio preguntan: «¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre?» Solamente con estos detalles creen conocerle”.

Ya entiendo porque en 73 años ha sido unos de los libros más leídos, más queridos y populares de la literatura. Grandes y chicos disfrutamos de esta maravillosa historia que nos recuerda que alguna vez fuimos niños, aunque pocos lo recuerden.

El Principito ejemplifica la vida en todos los tiempo. El verla y leerla me hizo reaccionar sobre cómo estamos llevando la vida. Y es que una vez crecemos, nos olvidamos de lo divertido que era ser niño. Nos volvemos grandes y con ello aburridos y complicados. Ya no disfrutamos de la sencillez de los detalles. Nuestra vida ahora transcurre entre el estrés de la ciudad, el trabajo y las ganas de ser alguien, como sí con el solo hecho de existir en este mundo no nos hiciera personas…

«Este mundo se ha vuelto demasiado adulto» no solo en El Principito sino también en la vida real, en la que vivimos cada día. Es por esto que recomiendo leer esta historia, que invita a la alegría, a rescatar el niño interno, a disfrutar de los atardeceres.

De una forma espectacular, Antoine de Saint, nos muestra a través de El Principito, lo decepcionado que se siente de los adultos; sin embargo, no pierde el deseo de vivir y nos advierte que todavía tenemos una posibilidad de hacerlo creativamente para realizarnos como personas. 

Aunque es un libro que recomiendan leer a los pequeños, personalmente veo que tiene un mayor significado cuando somos adultos porque El Principito entra a ser nuestra conciencia que en los momentos de fracaso y desilusión nos invita a levantar el ánimo, a tener un cambio de actitud mediante lo relevante.  

Para los que no han leído ni visto la película aquí les dejo el trailer para que se antojen de verla. El libro lo pueden encontrar gratuito en internet para descargarlo como PDF, incluso como aplicación para leerlo en cualquier dispositivo móvil.

¿Ya se leyeron el libro y se vieron la película? ¿Están de acuerdo conmigo? Espero sus comentarios.

 

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s